Vuelve la idea del suicidio,
tal y como otras veces ocurrió
en mi vida,
ya no es tan fuerte como antes,
y dependerá
de cómo encaje los últimos golpes de la vida
en mi corazón y en mi alma.
He luchado bastante
por la vida estos últimos días,
casi hasta la extenuación.
He intentado resurgir
de mis cenizas quemadas,
y tal vez casi lo consigo,
la sombra de la muerte está ahí,
persiguiéndome silenciosa,
no sé si me alcanzará o no.
Me satisface pensar
que por lo menos fuí capaz de amar,
un poco todo lo demás,
me da bastante igual ahora,
casi todos mis sueños se han roto,
y pensar que este estado de ánimo
es pasajero,
no sé si será una utopía,
el tiempo dará la respuesta.
Espero que no tarde demasiado,
mis fuerzas menguan,
y no tengo ganas de ser
una carga para el mundo,
desearía irme en paz,
sin molestar mucho
aunque quisiera poderme
despedir primero
de todo lo que alguna amé
o aún amo
pero ya no tengo nada
que ofrecer.